06 mayo 2012

XOEL LÓPEZ - Atlántico (EsmerArte)

Tras doce discos con diferentes bandas como Elephant Band, Lovely Luna o Deluxe, nos enfrentamos ante el primer disco a cara descubierta (a pesar de la máscara de la portada)  de este gallego inquieto que firma por primera vez con su nombre, y que se despoja de parte, que no todo, de su trabajado pasado musical.

En el 2009, Xoel se encuentra en su cima artística y antes de morir de éxito acertadamente decide para y bajarse del frenético circo en que se había convertido Deluxe. Se asienta en Buenos Aires y desde allí empieza de nuevo, viaje por Sudamérica y toca en garitos pequeños acompañado únicamente de su guitarra ante un público que no tiene ni idea de quien es. En 2010 vuelve a España temporalmente para presentar en gira su nuevo proyecto "La caravana americana" donde participa junto a unos 30 músicos que ha ido conociendo en sus viajes.

Este Atlántico, lógicamente recoge influencias de aquí y de allí, pero no es un disco de "mestizaje" como pudiera indicar esta portada que despista con su forma y colores. No es tampoco un disco de ruptura, pues aquí encontramos  sonidos ya expuestos en algunas canciones de Deluxe y sobre todo en Lovely Luna donde Xoel componía sin limitaciones. No se pierde tampoco ese aire agridulce en las melodías de voz que caracterizan y dotan de personalidad a sus canciones ni esa facilidad para los coros y estribillos pop (aunque no se abusa de ellos).

Lo que realmente ha cambiado es la actitud del artista ante las, desparecen las guitarras eléctricas y la sobrecarga instrumental, además de los arreglos con exceso de producción. Manda el arpegio y algún que otro arreglo orquestado muy matizado. Los textos son ahora el verdadero protagonista, vestidos principalmente por la acústica y voz de un Xoel que se esfuerza cada vez más en los tonos y melodías. Letras que hablan de un artista en madurez compositiva que recogen sus experiencias de norte a sur del continente, reflexiones propias y otra más universales.

"Hombre de ninguna parte" ejemplifica bien el disco, jugos melódicos de voz, guitarras arpegiadas, nítidos arreglos orquestales, coros  y aires de pop. "La gran montaña" ¡ paradójicamente !suena  mediterránea donde nos cuenta una progresiva historia con una leve grandilocuencia a los Serrat. "Poe el viejo barrio (plegaria)" y "Tierra", emocionan con esos ambientes nostálgicos, que no tristes, aderezados de coros y melodías esperanzadoras habituales de su etapa anterior. "Buenos Aires" también atrapa con ese evidente espíritu del sur que tan bien representa Calamaro en sus momentos de inspiración. "De piedras y arena mojada" está dominada por sutiles ritmos entre África y el Caribe... pero se impone el pop en las melodías."Desafinado pop" despista con un estallido de pop sincopado. "El asaltante de estaciones" vuelve a recordar esas melodías pasadas, pero no pasadas de moda, que recuerdan a Vainca Doble... y algunas canciones más para cerrar este disco de "estreno"

Un disco hermoso, y sincero que refuerza al artista en su compromiso musical, pues si es difícil llegar al éxito fuera de los circuitos comerciales, más fácil es acomodarse en la inercia del mismo. Justo lo contrario a lo que ha hecho Xoel.

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